3 August 2012

Terremoto


En mi escala de “cosas que me dan cagazo importante” sin dudas el hecho que la tierra cruja bajo mis pies y se retuerce como que le hubieran agarrado los huevos con una prensa de banco queda allá arriba, en el “top 5”, quizas en el top 3.
El miércoles pasado estaba yo placidamente acostado en mi cama, disfrutando del silencio de la noche (porque Gissy ya estaba dormida) y leyendo la ultima novela de Tom Clancy. Estaba por dar vuelta la pagina de mi libro cuando de la nada la tierra pego un salto el cual enseguida se convirtió en una serie de repetidas convulsiones epilépticas de grandes proporciones. En las profundidades de la tierra las capas tectónicas andaban franeleando como dos adolescentes en celo. Estas capas (capa y capo) son uno de los cuantos seres vivientes, habitantes de las profundidades que conforman el cinturón de fuego del pacifico. Los pibes, muy cerca de Honiara se encendían de pasión, mientras arriba en la superficie de la tierra todo era baile y mambo. Primero ese golpe seco y después las convulsiones epilépticas seguidas a los milisegundos por ruidos que parecieran originar de la ultratumba, un rugido feroz como animal desbocado el cual uno sabe que no puede controlar, porque es mas fuerte que cualquier otra cosa en la tierra, porque es la tierra.
Nuestra reacción frente a un terremoto es automática, ya que lo hemos experimentado incontables veces en estos casi 8 años que vivimos bajo estos adolescentes fogosos… mocosos insolentes. Cuando los temblores vienen con tanta pasión como los de la semana pasada hay que correr, salir de la casa o en el peor de los casos meterse bajo el marco de la puerta. Nosotros corrimos, yo a la puerta para tratar de abrirla y tenerla lista para cuando Gissy vuelva de la pieza con los chicos. Nuestra puerta principal es doble, las dos con doble cerradura por el tema de seguridad. Abrirla lleva su tiempo.
Estaba tratando de abrir la puerta pero los golpes violentos del terremoto hacían que el picaporte se moviera entre mis manos como un pez recién salido del agua. A la vez escuchaba como se rompían vidrios y adornos que caían de los estantes y durante un segundo estaba seguro que la casa se estaba doblando sobre se eje y que los vidrios de las ventanas estaban estallando, tan grande era el rugido de la bestia.
Así como empezó, literalmente entre un segundo y otro acabo. En el preciso instante en que logre patear la puerta y abrirla todo quedo en calma y en ese mismo instante se corto la luz de  toda la ciudad.
Rápidamente hice mi camino a ciegas hacia la pieza de los chicos. Estaban los 3 en la cama de Emily. Mathy dormía en los brazos de Gissy y Emy sollozaba bajito. La caída de algunos juguetes y libros de la biblioteca de su pieza junto con el ruido ensordecedor la despertó. Estábamos todos bien, la casa todavía en pie.
Volví a la pieza y con manos temblorosas busque mi linterna mientras Gissy los acostaba a los chicos en la pieza de Emily estaba vez juntos. La Emy se durmió enseguida sin traumas. Enseguida le pedimos a los guardias que prendan en generador y nos pusimos a limpiar el despelote de vidrios rotos, aceite de coco que había dentro de unas velas, libros y botellas caídas etc. 


Gracias a Dios tenemos la bendición de vivir muy cerca del mar pero sobre la montaña, a 125 metros arriba de la costa porque detrás de todo terremoto siempre existe la posibilidad que le siga un tsunami. Una vez que tuvimos electricidad del generador nos metimos en Internet (que todavía funcionaba) y buscamos la información sobre el epicentro. El epicentro fue a 39 Km. de Honiara pero sobre tierra y del otro lado de la isla así que la posibilidad de tsunami era casi inexistente. Igualmente durante un par de horas pos-terremoto mucha gente paso por la calle en frente a nuestra casa buscando el refugio de tierra mas alta por si acaso, hasta que en la radio finalmente confirmaron oficialmente que no había riesgo de tsunami.
Una hora mas tarde nos acostábamos de nuevo para a los segundos ser sacudidos por un aftershock, para la mañana habíamos tenido 4 aftershocks grandes durante la noche. La electricidad se restauro a eso de las 5:30 am. A media mañana del día siguiente tuvimos otro de 5.1 que fue significativamente menor al de la noche, pero igualmente se hizo sentir, como para mantenernos alerta. Continuaron los aftershocks esporádicos hasta el sábado de la noche (fue el ultimo que sentí)

Al día siguiente después de una inspección mas cuidadosa nos dimos cuenta que nuestra casa, cuyo primer piso es de concreto estaba rajada en varias zonas. Un amigo constructor la reviso y pareciera que la mayoría de las rajaduras son superficiales.
Aunque este no fue el terremoto mas grande que he experimentado (pase por uno en Papua Nueva Guinea el 22 de noviembre del 2007 de 7.1) fue posiblemente el segundo mas potente por el que he vivido. Creo que nunca jamás se me va a ir el miedo que le tengo a estos fenómenos naturales, a la vez creo que es un temor justificado. Pero bueno, ahora descanso en la noción de que los adolescentes estos han largado un poco de vapor y por un tiempo se van a comportar… espero. 

1 comment:

Marlise said...

Wow...
Que risa como lo describis, pero que susto!