Camino de vuelta de Guinea pase el fin de semana en casa antes de partir de nuevo pero esta vez para el sur. Sin embargo aprovechamos el poco tiempo que tenia entre viaje y viaje para disfrutar de la metrópolis de Honiara.
Hace unas semanas atrás abrió un nuevo café en la costa, se llama Coconut café y se destaca por lucir un puerto para lanchas. En una sección del puerto colocaron unas redes y dentro de una piscina de agua salada natural tienen a 3 delfines que criaron los dueños del café desde chiquitos. Los delfines nadan ahí al lado del restaurante y al mediodía hacen un par de piruetas para la gente que esta almorzando. Con Gissy fuimos a almorzar ahí un día de semana cuando los chicos estaban en la escuela. Decidimos volver con los chicos el fin de semana para que ellos también puedan ver los delfines, el animal favorito de la Emy. Así pasamos un lindo almuerzo mirando los delfines y disfrutando de la comida que aunque no es 5 estrellas safa para los estandares bajos de Melanesia.
Si, me da un poco de pena que estén encerrados ahí….
El sábado a la noche nos fuimos de joda con Gissy. Fue el Rotary Ball (Cena de beneficio del club de los Leones) El tema: rock and roll glamour del ’50. Gissy revolvió los negocios de segunda mano durante la semana previa y me consiguió mi disfraz, una mezcla de mafioso italiano y nada de rock and roll pero bueno, un aire de los ’50 tiene. Además yo no era el único vestido así éramos varios con vestimenta similar. Como pueden observar las fotos donde yo aparezco solo están todas movidas (esta es la mejor de las 5 que hay)…mmmm… porque será? En fin las fotos en su mayoría salieron mal por la luz del salón o por empinar mucho el codo, no se. Al final compramos unas fotos a la salida que nos habian sacado cuando entramos porque las nuestras estaban malisimas... todavia las estamos esperando!
El resumen es que la pasamos muy bien. Había una banda en vivo genial que toco temas de los 50 y 60 y nos sorprendió a todos por lo bueno que eran en sus interpretaciones. Yo termine charlando en el balcón con mi grupo de 4 amigos (dos ex soldados y otro que trabaja para el banco mundial) intercambiando historias de guerras y lugares distantes que parecen haber pasado hace muchas vidas atrás, recuerdos lejano, casi irreales cuando nos veíamos parados en el balcón bajo la luna llena que se reflejaba sobre el mar tranquilo.
Volvimos a casa relativamente temprano porque tenia que llevar a la niñera de vuelta a su casa. La pasamos muy lindo, estuvo bueno poder salir un poco así en pareja.
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