El domingo fue el
cumpleaños de mi señora esposa, el evento del año! Merecía un buen festejo,
algo original. Después de meditar unos dias pensé que seria interesante para la
familia, que no tienen tantas posibilidades de viajar por este bello país como
yo, de tomarnos el fin de semana para conocer una pequeña aldea a la que llaman
Nugu, situada a unos 70 kilómetros de lancha hacia noreste de Honiara. Por mi
parte yo me paso semana por medio en un avioncito y/o canoa en algún lugar
perdido por ahí, pero agradecido por no vivir en una oficina o trabajo de rutinaria ideologia. Pero bueno, también es bueno que ellos salgan de la metrópolis
de Honiara en algún momento y vean las Islas Salomón de verdad.
Si son como yo, amantes
de los mapas y de saber donde están todas las cosas en este mundo, incluso una
aldea de 100 personas llamado Nugu, en google Earth pueden encontrar el lugar
en las coordinadas:
8° 53’ 46.58” S y 160° 00’56.01” E. Cuando me fije en el mapa me
llamo la atención que la definición de la foto satelital esta bastante buena, cosa
difícil de conseguir en los mapas de la mayoría del Pacifico Sur que todavía están
en la era de piedra con la fotografía satelital.
Organizar una
salida así no es muy fácil. Nugu no es exactamente un lugar “turístico” esta
fuera de los mapas turísticos de la zona a pesar de llamarse oficialmente Nugu
resort. Nos enteramos del lugar por gente que ha estado ahí medio de casualidad
o de pasada volviendo de otros lugares. No hay teléfono ni electricidad ni
otras formas “modernas” de comunicarse. Tampoco ofrecen un servicio de
transporte, barco o lancha del lugar o nada parecido. Así que lo primero que había
que hacer era encontrar transporte.
Tuve que hacer
varias llamadas telefónicas a ciertos “capitanes” de lanchas de dudosa reputación
hasta que conseguí, previo depósito de una suma de dinero, que uno de ellos de
la zona y tribu que habita la Islas se pusiera a disposición para llevarnos.
Todo iba a ser un
gran secreto pero el miércoles ya no aguantaba mas y le dije a Gissy que había
arreglado para ir a Nugu (y donde es eso…?) Yo estaba hasta las manos de
trabajo y había que comprar comida para llevar para el fin de semana y hacer
los bolsos, así que no podía posponer la sorpresa demasiado.
El viernes a la
noche fui a pasar un rato a la casa de un amigo (mi amigo del secundario en Sudáfrica
y el que me recomendó el lugar) y se me hizo un poquito tarde, digamos que volví
a casa pasadas las 2 de la mañana, unas horitas antes de salir. Pero a
bancarselas, todo sea por el happy birthday de mi querida esposa. Temprano me
arrastre de la cama y después de un café triple nos dirigimos al club de Yates donde
nos encontramos con otras 4 personas que también iban a Nugu y la tripulación
de la lanchita, el capitán Sepo y comandante Bob.
Justo antes de que
salgamos llego una lancha con unos pescadores que venían a traer pescado al
club de Yates (que por cierto hace un pescado asado estupendo y quien no con
esos snappers estupendos!)
Terminamos de cargar
nuestros bolsitos y finalmente después de dar 500 vueltas, verificar equipos,
combustibles, salvavidas etc. partimos hacia Nugu.
El clima acompaño,
había muy poco viento y el viaje fue bastante cómodo teniendo en cuenta que éramos
10 personas en una lanchita de 5 metros con un motor de 40HP en el medio del océano
Pacifico. El océano “pacifico”, cuando estas en aguas abiertas en un buen día
es el equivalente a el río Paraná en la sudestada mas fuerte del año. La cosa
cambia cuando estas cerca de la costa y protegido del viento donde el mar
realmente es pacifico. En la travesía de 2 horas de ida tuvimos unos 30 minutos
de mar pacifico y unos 90 minutos de mar “pacifico” abierto pero aceptable y
pasable. Por más aceptable que sea el viaje siempre es lindo poder bajarse de
la lanchita en tierra firme después de que el culo te estuvo rebotando sin
cesar durante dos horas contra el asiento de fibra de vidrio. Los chicos ni les
cuento lo contento que estaba de haber llegado, aunque tengo que decir que se
portaron muy bien durante el viaje sin quejarse, concentrados en tratar de ver
la mayor cantidad de peces voladores de su respectivo lado de la lancha… y
vimos muchos, muchísimos, son increíbles esos pececitos.
Nugu esta en una pequeña
bahía bastante bien protegida del mar abierto por un grupo de islas que están
en frente de dicha bahía y un pared de arrecifes. Hay playas de arena amarilla
gruesa, limpia y selva tropical que se extiende hasta el borde del agua así que
hay mucha sombra. En la playa del complejo tienen hamacas donde uno puede
descansar, leer o no hacer nada. Este edificio de la foto es el comedor que
tiene una vista magnifica de la bahía.
Nos dieron la bienvenida con un rico jugo apenas
nos bajamos de la lanchita verde. También nos obsequiaron unos collares de
flores (frangipani y santa ritas), algo muy típico en estas islas del Pacifico
Sur. Más de una vez me han obsequiado con estos collares de bienvenida que además
de flores tenían hormigas con muchas ganas de probar la carne de mi cuello,
pero no esta vez
Hay 3 chozas las cuales tienen para alquilan. Es
bastante básico, las chozas son de madera, paredes de cania de bambú entretejidas
y el techo de hojas de palmeras. Adentro habia una cama doble con mosquitero y habían
instalado dos colchones mas para los chicos en el piso con su mosquitero
correspondiente (todavía hay mucha malaria en esta parte del mundo) No tienen baño
privado y teníamos que compartir con los otros huéspedes, pero los baños
compartidos eran amplios y limpios y hasta tenían inodoro con mochila de agua
para tirar la cadena que es un gran lujo en las aldeas. Ducha de agua de lluvia
fría nomás pero había en cantidad suficiente y hacia calor así que no había
problemas con eso.
Cuando llegamos
vimos que en la bahía estaba anclado el catamarán de un australiano que vive en
Honiara y entre sus trabajos hace travesías llevando turistas y demás por las
islas Salomón. Hace un par de años pasamos unas horas en este catamarán haciendo
un paseo por la costa frente a Honiara con unos amigos mientras mirábamos la puesta
de sol (pueden ver eso acá) El catamarán estaba acá con el dueño y su mujer
pero nadie mas por suerte. Hacia un buen fondo para las fotos. La gente de la
aldea hace artesanías de madera para vender. Estaban todos ocupados creando
arte.
Una de las
grandes atracciones del lugar es sin duda el mar. Es un placer sumergirse en
este mundo que siempre sorprende y que uno aprende a querer cada vez más a
medida que se la conoce mejor. Como dice la canción de Evanescence: “el mundo
que amo duerme bajo las olas” Esta fascinación marina es por suerte también
compartida por mis hijos y la señora cumpleañera. Pasamos muchas horas en el
agua que conserva sus 29 grados y una visibilidad envidiable pese a que estuvo
bastante nublado en sábado.
Los jardines de
corales son fascinantes además de un cardumen de miles de peces que andaban
escapando a un grupo de trivalli que los trataba de cazar. El cardumen nadaba
en círculos alrededor de nosotros, una muralla sólida de peces rodeándonos por
completo como estar en el ojo de un huracán. Aparte de estos había peces
payasos en cantidades de todas las especies y hasta una anguila Murray la que fotografié
a pesar de sus intentos por morderme.
Así pasamos el
día, disfrutando del agua, la playa y las hamacas. A media tarde se largo un
lindo chaparrón, de esos tropicales, intensos pero breves, como para lavar las
plantas y borrar las huellas de la arena. Enseguida después salio el sol de
nuevo. Paseamos otro rato por la playa. Después otro rato en el agua antes de
que se ponga el sol.
Me gusta la pintura en la puerta del restaurante
(que tiene una visita espectacular de la bahía) No te quedan dudas, no importa
el idioma que hables, que acá esta la cocina.
Luego de una rica
cena de curry de pescado y arroz nos retiramos a la choza. Estábamos bastante
fundidos después de un día lleno de actividades así que nos acostamos temprano,
antes asegurándonos de que los mosquiteros estuvieran bien extendidos sobre las
camas. Pasamos una noche más o menos. Hacia mucho calor y los chicos durmieron
bastante mal porque andaban medios excitados por las aventuras del día y porque
estaban todos picados por las pulgas de arena cuyas picaduras realmente son
bastante molestas. Pero bueno, sobrevivimos y mal que mal dormimos. El Mathy se
encargo de despertarnos bien temprano para recordarnos que hoy era el
cumpleaños de Mama! Habíamos traído regalos para la cumpleañera en la mochila
así que eso, junto a un fuerte coro cantando “Feliz cumpleaños” fue lo primero
que recibió apenas abrió los ojos.
Desayunamos la súper torta portátil que traje con nosotros. En realidad
es una torta importada de Argentina! 4 alfajores encimados con una vela encima.
La torta de “verdad” nos esperaba en el freezer en Honiara para la vuelta.
Después del desayuno nos trasladamos a la playa
(o sea bajamos 3 escaleras del balconcito a la playa), tomamos café y jugamos
en la arena con los chicos que estuvieron armando una tortuga gigante bajo la supervisión
de Gissy. Hubo mas tiempo para hacer un poco mas de snorkel durante la mañana. Encontré
estas almejas gigantes, una cosa increíble. Por ese agujero cada tanto salen
burbujas. Hay que tener mucho cuidado, una mano o pie atascado en este bicho te
puede causar la muerte rápidamente. Una vez que se cierran (y lo hacen
sorpresivamente rápido) tardan un buen rato en abrirse.
Después del almuerzo nos dio para algunas fotos
más y una ultima caminata por la bahía. Los chicos aprovecharon a darse los
últimos chapuzones antes de subirse de vuelta a la lanchita que nos tendría
prisioneros durante las siguientes 3 horas que nos llevo volver a Honiara.
El día había
amanecido lindo, pero a medida que fue pasando la mañana el mar se puso cada
vez más bravo y se levanto bastante viento. Este tipo de clima es menos que
ideal para hacer una travesía en una lanchita de 40 HP en medio del mar. Así
las olas pueden llegar a los dos metros que es muchísimo cuando uno esta
sentado a 30 cm sobre el nivel del mar. La vuelta fue brava. Nos mojamos
enteros y el viaje entero nos pasamos azotados contra el asiento y borde de la
lancha. Pusimos los chicos en el medio para tratar de protegerlos de las olas
que nos rompían en la cara pero a pesar de eso quedamos todos empapados y golpeados
por el rebote de la lancha en las olas, además de tomarnos dos litros de agua
de mar cada uno cada vez que habríamos la boca para respirar. El viaje de
vuelta se hizo interminable, pero los chicos se la bancaron sorprendentemente
bien y finalmente llegamos de vuelta a Honiara y a casa.
Después de
enjuagar las cosas, acomodar la comida que sobro y darnos una buena ducha llego
la hora de la segunda celebración de cumpleaños del día. Esta es la torta de
cumple de este año. Como siempre la torta helada oficial. Este año hice una
torta de chocolate que salio buenísima así como estaba nomás. Pero no seria
torta de cumple si no era helada, por lo que la corte en tres porciones, la
bañe con café y la rellene con helado. Para la cobertura medio kilo de
chocolate águila argento, mantecol arriba y otro baño de chocolate águila
blanco arriba (que me quedo amarillo y los chicos pensaban que era cera de la
vela!). Salio muy rica, lastima que no se aprecia bien en la foto porque el
chocolate se escarcho un poco por el cambio de temperatura entre el freezer y
los 30 grados que hacia afuera, pero eso no cambio el gusto.
Y así paso otro
año de vida de la señora que me cuida y me reta, un poco esposa y un poco madre
para mí, madre full time para los pibes míos. Que suerte que la tenemos con
nosotros, la amamos mucho!
2 comments:
Muy bueno el post. Te sigo fielmente para viajar con vos. Gracias por los datos de long y lat, soy uno de los que se fijan siempre en Google Earth donde quedan las cosas. Cuando vi las fotos en FB busque la isla, y me aparecio otra en 9°17´08" S y 160°20´31" E, pero no era esa. De paso la imagen satelital es del año pasado e hicieron el update hace un par de semanas solamente.
Gracias nuevamente por los relatos!!
Hernan
Que hermoso lugar y se ve que la pasaron genial!. Y para terminar una buena torta del cuniado.
Post a Comment