El jueves pasado al salir de la oficina me encontré con un artesano que estaba vendiendo esculturas de madera. Hace rato que quería comprar un cocodrilo ( en pidgin pukpuk) de madera para tener de adorno. Los que me conocen saben de mi debilidad por las artesanías excéntricas y que también al moverme tanto la mayoría de estas termina en el altillo de la casa de mis padres en Argentina. Pero bueno, después de negociar el precio (que fue 8 veces menor al que se me pidió en primer lugar) me lleve este cocodrilo de 1,5 metros a casa. Los chicos les gusta y vive en el piso a lado de sus juguetes. El Mathy ayer le preparo una tasa de “leche” y una “torta” de los juguetes de plástico de la Emy y le estuvo dando de “comer”
El sábado la Gissy contó la historia de la escuela sabática de los chicos. Llevamos hijas de palmera, mantos y un burrito de goma para el deleite de los chicos (no hay fotos porque estuve filmando)
La lancha esta 100% y esperábamos el domingo con gran expectativas… par nuestro gran chasco el domingo amaneció nublado y con un viento terrible. Aunque no llovió lo hubiéramos pasado bastante miserable en la lancha en el mar con las olas que había, así que quedamos tranquilos en casa (era bueno para mi porque ando con un cansancio crónico por la malaria todavía).
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