7 February 2012

La semana pasada Gissy me regalo un asador a gas. Tenemos un hermoso balcón con vista a la bahía y nos gusta pasar tiempo allí porque la vista es muy bonita y mas linda aun cuando se puede cocinar algo y comerlo ahí.
Hasta ahora nunca había hecho un asado en una parrilla a gas. Esta es bastante más chica que las parrillas de 6 hornallas y demás chiches que tienen nuestros amigos, pero yo quería algo pequeño para que entre bien en el balcón y pero donde tambien entre un pescado de tamaño respetable. La nueva adquisición cumple con esos requisitos. El sábado a la noche la arme y el domingo la estrene con unos pollitos, favoritos de los chicos. Como mencione miles de veces la carne que se consigue acá no vale la pena asar así que en general nos limitamos a pollo, salchichas y algún pescado.
Como verán en la foto los pollitos salieron muy bien, pero tengo que decir que la carne calcinada a gas no tiene el mismo gusto a la que se hace a leña, sea pollo, carne roja o pescado. Le falta ese toque ahumado alquitranoso que solo le da la leña. Los puntos a favor de la parrilla a gas es que es muy fácil de encender, mas fácil de controlar el calor (tiene un termómetro) y es mas limpio ya que no hay cenizas que limpiar y poco humo que aspirar. También no puedo hacer un fuego en el balcón, pero con la parrilla a gas mientras cocino tengo la vista al mar y la cocina a unos pocos pasos. No salio para nada feo, pero no se puede comparar la carne incinerada a llama con el manjar que produce una cocción lenta a la braza. Tengo que probar la opción de añadir virutas de madera empapadas con agua y envueltas en papel de aluminio a la parrilla que supuestamente le da a la carne un sabor mas ahumado que el regular… será para la próxima.
El domingo a la mañana paso así, nubladito, húmedo, caluroso, con la radio 100 por Internet y unos mates para acompañar el proceso.

 Parrillita pequeña, grandes resultados 
 Me muero por ir a bucear, es la única cosa que todavía no pude hacer desde nuestro regreso. Mi equipo de buceo metido en la bolsa desde diciembre esperando que el clima se componga un poco y los ciclones nos dejen en paz. Desde que llegamos llovió más de 1,500 milímetros, eso es un montón, tres veces más de lo habitual para enero aquí en Guadalcanal y mucho más de lo que muchos países reciben en todo el año. El mar esta muy revuelto, los cocodrilos flotan río abajo e invaden las costas y la visibilidad malísima.
Los efectos del clima también se sienten en los mercados donde las frutas, verduras y pescado en general abundantes ahora limitadas porque la gente de las aldeas no puede llegar a la capital a venderlos en el mercado central y no puede salir a pescar.
Ahora estamos esperando el ciclón Jasmine que le va a dar de lleno a Vanuatu, pero para nosotros promete mucha lluvia y vientos.
Es un muy mal momento para viajar a las provincias. Por ejemplo hay un grupo de World Vision Nueva Zelanda que fue a ver unos proyectos que tenemos en Temotu y están atascados allí en la isla hace casi un mes! Todos los vuelos han sido cancelados y los pobres están clavados ahí esperando el avión que los saque de ahí.
Los chicos aprovecharon el domingo a la tarde para jugar un rato en la lluvia y sacarse las energías acumuladas después de varios días de estar encerrados en la casa.


1 comment:

Rita said...

nosotros tenemos una parrilla electrica a la que se le salto el teflon y ahora nos asa las cosas por la 1/2... pero bueno, nos estamos volviendo medios vegetarianos (aca la carne tiene muchas porquerias) y el tofu en el wok suena MUY apetitoso!
:)