La semana pasada falleció Luís Alberto Spinetta, mas conocido simplemente como “el flaco”. Para los que nos gusta el rock nacional fue una noticia triste. Este hombre fue un icono de la historia musical del país junto a otros tantos grandes.
El rock nacional de fines de los 60 y toda la década de los 70 está cargado de historias sobre jóvenes que luchaban contra una política impuesta por las juntas militares y la incapacidad de trasmitir mensajes de libertad (por la censura) a una población que estaba obligada a vivir en línea a las decisiones impuestas por un grupo de enfermos mentales. Aquellos que desobedecían o pensaban diferente eran marginalizados, obligados a huir del país o hechos desaparecer. Las letras de las canciones eran estudiadas rigurosamente por la junta quien decidía cuales era adecuadas para la comunidad y cuales no lo eran, esta por demás decir que todas las que hablaban contra la junta no lo eran.
Algunas de las canciones prohibidas de esa época incluían el conocido “Pensé que se trataba de cieguitos” de Los Twists. Esta canción es casi graciosa a no ser que esa era la realidad de muchos en la Argentina. Salir un sábado a la noche al centro a ver una película y comprar un paquete de pastillas Renome podría significar terminar siendo escoltados por “cieguitos” hacia un Falcón verde y no ser vistos nunca más.
Leon Gieco, otro grande de la música nacional fue un gran opositor de la dictadura militar. En 1978 Gieco se inspiro y compuso “Solo le pido a Dios”
- "Sólo le pido a Dios, que la guerra no me sea indiferente, es un monstruo grande y pisa fuerte, toda la pobre inocencia de la gente". Por supuesto que fue censurado al instante. Gieco fue agredido por el General Montes con las palabras, “Mire, Gieco, conmigo no se haga el vivo. Le juro, que si usted vuelve a cantar canciones de protesta, yo personalmente me encargaré de pegarle un tiro.”
Quizás el opositor más grande al revuelo político de la dictadura fue Charly Garcia. Vocal como pocos, genio y loco en una sola persona… Say no more.
Enseguida salen aquellos a decir que en realidad estos eran grupos de jóvenes faloperos y quilomberos, músicos del underground. Innegable, esta era la realidad de muchos, se sabe por ejemplo que Tanguito vivía en una nube de pedos. Lo mismo se puede decir de Charly Garcia que durante tres décadas vivió en una nube de pedos multicolor y todavía esta vivo, un misterio medico.
Ser drogadicto obviamente no es ideal en revolucionarios que buscan restablecer el poder a la sociedad. No estoy defendiendo su dependencia solo la temática de letras compuestas por personas que eran admisiblemente faloperas pero cuya creatividad e inspiración no se detenía allí sino que creían en un futuro mejor para todos y no se limitaba a callarse. Jóvenes que creían que podían cambiar el mundo y que lo intentaron promoviendo sus creencias y vivencias a través de sus canciones. Además no todos eran faloperos.
Pese a la censura por parte de los militares algunas canciones escaparon el radar de represión. Una de las mas destacadas es “Canción de Alicia en el país” escrita por Charly Garcia para su banda Seru Giran. Ya el hecho de sacarle al titulo la parte de las mil maravillas fue un paso a reflejar la realidad de la Argentina de esos días (1976-1983) Frases como “Se acabó ese juego que te hacía feliz”, “No cuentes lo que viste en los jardines, el sueño acabó”, “Enciende los candiles que los brujos piensan en volver a nublarnos el camino” Tal vez una de las frases más fuertes es “un río de cabezas aplastadas por el mismo pie juegan cricket bajo la luna”, son metáforas que remiten a todo un país que es aplastado por una sola persona (o institución) y a sus habitantes reprimidos, censurados, torturados y en algunos casos, desaparecidos . Por ello, las imágenes del cricket, ya que éste es un deporte que se juega en el pasto, y la de “bajo la luna” hace alusión a los secuestros que se realizaban a la noche durante el período del proceso.
Otra gran canción escrita de nuevo por Charly Garcia, la cual ha sido vinculada estrechamente con la dictadura de los 70 fue “Rasguña las piedras”. Sin embargo esta canción fue compuesta en 1973, antes de la golpe del 76 y no tiene nada que ver con la dictadura. En 1993 se le hizo una entrevista a Charly en la que aclaro los tantos:
“- Por última vez. ¿Es cierto que escribiste “Rasguña las piedras” en homenaje a una novia que tenía catalepsia? (NA: Un mito que circulo por años decia que Garcia habia tenido una novia con catalepsia. Un dia por error, pensando que estaba muerta la familia la habian enterrado. Cuando años mas tarde por alguna razon que nadie podia explicar exumaron su cuerpo encontraron rasguños en el cajon)
- No tengo la menor idea de a quién se le ocurrió eso. De verdad. Incluso hay más versiones. También dicen que la muerta era mi hermana. ¡Boludeces! Es un mito. Ni catalepsia ni nada. La canción es pura fantasía poética y la hice un día cualquiera. Estaba viviendo con María Rosa Yorio en una pensión y ella fue a comprar papas o algo así. Cuando volvió, la canción estaba lista".
Y bueno, ahí Charly quebró la ilusión con esa declaración. Igualmente si hubiera sido escrita durante la dictadura esta canción no pasaba por alto el escrutinio de los censuradores. Confesiones de invierno de Sui Generis sigue siendo uno de mis discos favoritos.
En 1982 Charly da un concierto en Ferrocarril Oeste con canciones como “No bombardeen Buenos Aires”, “Yendo de la cama al living”, “Inconsciente colectivo” y “Yo no quiero volverme tan loco” todas contra la dictadura militar del momento. Este concierto produjo cierto malestar en la Junta lo que obligo a que Garcia deje el país hacia Nueva York donde en 1983 produjo el álbum “Clicks modernos” con canciones como “Los dinosaurios”, “Nos siguen pagando abajo”, “No nos dejan salir” y “plateado sobre plateado” todos con una temática anti-militar fuerte, todas censuradas en su época.
Es por estas cosas que el rock nacional tiene un lugar especial para mí. Me llega más fuerte que otros grandes éxitos internacionales de esas épocas compuestos por bandas como Pink Floyd, los Beatles o los Rolling Stones. Detrás de las letras del rock nacional hay historias y mensajes ocultos, historias de luchas y huevos para decir lo que todos callaban por miedo. Estas personas no tenían la libertad de expresión que tenía Rogers Waters, Mick Jagger o Paul McCartney, eso eleva al rock nacional un peldaño mas alto que el rock convencional internacional de esos tiempos.
Volviendo al flaco Spinetta, la única canción que yo sepa que le censuraron es “Me gusta ese tajo” de la banda Pescado rabioso, una canción que no tenia nada que ver con la dictadura, pero si mucho que ver con la revolución sexual del momento. Un picaron el flaco.
De el mi canción favorita es “Muchacha ojos de papel” que fue estrenada en 1969 con su banda Almendra. Esta canción la escribió Spinetta para su novia de la adolescencia, su primer gran amor como el la describe a Cristina Bustamante. Es una canción que yo interpreto como llena de sentimientos fuertes, romántica, erótica y mística. Frases como “Sueña un sueño despacito entre mis manos” y otros tantos describen un amor lleno de pasión, esos de adolescencia. Sin embargo el flaco sale a desmentir la ilusión que yo me hice de la canción en una nota titulada “Desintegración abstracta de la defoliación” en donde dice que en realidad la canción habla sobre la dominación del hombre sobre la mujer, en síntesis una canción machista. Igualmente no le doy bola a su interpretación porque yo tengo la mía que me hice cuando la escuche por primera vez en 1993 y creo que cada persona que escucha esta canción la interpreta a su manera y de acuerdo a las vivencias personales. Para algunos evoca recuerdos de su primer amor, para mi escucharla me remite recuerdos del pasado pero, a diferencia de la mayoría de la gente que solo se acuerda de sus amorios pasados mi Muchacha ojos de papel de aquel tiempo es la misma que hoy esta en mi casa!
Y si leyeron hasta acá les dejo la canción de Muchacha aquí para que la escuchen y si les interesa pueden ver en el link de la Nación el documental de cómo se hizo la canción.